Japón emite una orden de arresto contra el líder del grupo ecologista Sea Shepherd
Tokio, 30 abr (EFE).- Japón ha emitido una orden de arresto contra el fundador del grupo ecologista Sea Shepherd, el canadiense Paul Watson, al que acusa de ordenar el sabotaje de las actividades de la flota ballenera nipona, informó hoy la agencia Kyodo.
Tokio, 30 abr (EFE).- Japón ha emitido una orden de arresto contra el fundador del grupo ecologista Sea Shepherd, el canadiense Paul Watson, al que acusa de ordenar el sabotaje de las actividades de la flota ballenera nipona, informó hoy la agencia Kyodo.
Las autoridades niponas pedirán a la organización policial mundial Interpol "información sobre la ubicación y actividades" de Watson, pero no solicitarán su arresto internacional, y será detenido por las autoridades locales sólo si pisa suelo japonés, añadió Kyodo, que cita fuentes de la investigación.
Un portavoz de la Guardia Costera nipona consultado por Efe rechazó hacer comentarios "porque las pesquisas están en marcha".
Watson, de 59 años y fundador de Sea Shepherd en 1977, es sospechoso de instar al sabotaje de las actividades de la flota ballenera nipona en el Antártico y de haber ordenado al neozelandés Peter Bethune que arrojara una botella con sustancias químicas a la cubierta de uno de los balleneros.
Bethune, neozelandés, fue detenido ese mes en aguas antárticas tras abordar un buque de la flota japonesa y trasladado en marzo a Tokio, donde está detenido a la espera de juicio.
En declaraciones a Kyodo, Watson aseguró que la orden de arresto de las autoridades niponas "tiene claras motivaciones políticas".
"Japón está haciendo todo lo que está en su mano para evitar que el próximo año vayamos al Océano Antártico", añadió.
Según reconoció el propio Gobierno nipón, las actividades de "obstrucción" del grupo Sea Shepherd impidieron que su flota alcanzara en el año fiscal 2009 (que terminó el pasado 31 de marzo) su objetivo de capturas.
El país asiático cazó en la temporada de 2009 un total de 507 ballenas en la Antártida, casi la mitad de las que se había propuesto, según datos de la Agencia japonesa de Pesca.
Sea Shepherd persigue desde hace años a los pesqueros japoneses para sabotear sus actividades en aguas antárticas, donde están autorizados a cazar una cuota anual de ballenas con "fines científicos".
Aunque el Gobierno japonés asegura que las capturas son para ser utilizadas en investigación, los ecologistas aseguran que este argumento es una tapadera y que la caza tiene fines comerciales.
Un portavoz de la Guardia Costera nipona consultado por Efe rechazó hacer comentarios "porque las pesquisas están en marcha".
Watson, de 59 años y fundador de Sea Shepherd en 1977, es sospechoso de instar al sabotaje de las actividades de la flota ballenera nipona en el Antártico y de haber ordenado al neozelandés Peter Bethune que arrojara una botella con sustancias químicas a la cubierta de uno de los balleneros.
Bethune, neozelandés, fue detenido ese mes en aguas antárticas tras abordar un buque de la flota japonesa y trasladado en marzo a Tokio, donde está detenido a la espera de juicio.
En declaraciones a Kyodo, Watson aseguró que la orden de arresto de las autoridades niponas "tiene claras motivaciones políticas".
"Japón está haciendo todo lo que está en su mano para evitar que el próximo año vayamos al Océano Antártico", añadió.
Según reconoció el propio Gobierno nipón, las actividades de "obstrucción" del grupo Sea Shepherd impidieron que su flota alcanzara en el año fiscal 2009 (que terminó el pasado 31 de marzo) su objetivo de capturas.
El país asiático cazó en la temporada de 2009 un total de 507 ballenas en la Antártida, casi la mitad de las que se había propuesto, según datos de la Agencia japonesa de Pesca.
Sea Shepherd persigue desde hace años a los pesqueros japoneses para sabotear sus actividades en aguas antárticas, donde están autorizados a cazar una cuota anual de ballenas con "fines científicos".
Aunque el Gobierno japonés asegura que las capturas son para ser utilizadas en investigación, los ecologistas aseguran que este argumento es una tapadera y que la caza tiene fines comerciales.
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